Millones de personas en todo
el mundo usan lentes de contacto. Existen de diferentes tipos, como los
blandos, semi-blandos y duros. Superadas las molestias iniciales de la
adaptación, su uso por lo general resulta cómodo y seguro. Pero también se
asocia a un mayor riesgo de infecciones.
La complicación más común es
la infección de la córnea o queratitis, que ocurre principalmente por un manejo
inadecuado del lente de contacto y la falta de higiene. Puede ser provocada por
diferentes microorganismos que, habitualmente, son bacterias como pseudomonas y
estafilococos. Sin embargo, en los últimos años llamó la atención un número
creciente de casos causados por organismos poco frecuentes, como hongos y
amebas.
Un estudio publicado en 2007
en el American Journal of Ophthalmology reportó un brote de 55
personas afectadas que usaban lentes de contacto y la mayoría estaban asociados
a la solución utilizada para la limpieza.
Actualmente se estima que en
el mundo hay 1 a 2 casos anuales de infección por acantoameba por
cada millón de personas que usa lentes de contacto. Se trata de un parásito
unicelular, que habita comúnmente en el agua y en el suelo en lugares de
temperaturas templadas y cálidas. Como son resistentes al cloro, pueden
encontrarse también en el agua potable y en las piletas de natación. Estos
microorganismos se adhieren a los lentes cuando las personas se bañan con
ellos en piletas, ríos o lagunas, en el mar e incluso cuando toman duchas con
agua potable.
Un
cuadro severo
La infección se manifiesta
con un ojo inflamado, enrojecido, dolor intenso, lagrimeo y secreción.
También genera rechazo a la luz, disminución de la visión y sensación de cuerpo
extraño. En el caso de una queratitis por acantoameba, el diagnóstico
frecuentemente se demora porque recién se sospecha la presencia del parásito
después del fracaso terapéutico inicial con antibióticos.
El tratamiento consiste en la
aplicación tópica de colirios con drogas específicas y soluciones antisépticas
durante un tiempo prolongado no menor de un mes. En ocasiones se indica también
una limpieza quirúrguica.Suele dejar un daño permanente con cicatrices en la
córnea y pérdida de la visión que pueden requerir un injerto o trasplante
de córnea.
Prevenir
antes que curar
La higiene es fundamental a
la hora de evitar las infecciones de la córnea. Siempre se deben lavar
las manos y secarlas correctamente antes de colocar o remover los lentes de
contacto. Es importante cumplir con las indicaciones médicas sobre el uso
correcto de ellos como de los productos para su cuidado. No debe emplearse
soluciones vencidas, o agua de la canilla ya que no es estéril.
Manejo
adecuado
No se debe tomar duchas ni
nadar con lentes colocados y se recomienda sacarlos para dormir. Después de
retirarlos es necesario frotar y enjuagarlos con una solución desinfectante.
Antes de guardarlos en su estuche, hay que desechar todo el líquido residual y
cambiarlo por líquido nuevo.
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